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¿Qué le dice un borracho a otro?
¡No bebas más que te estas poniendo borroso!

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Era tan feo, pero tan feo, que desde que murió el Diablo duerme con la luz encendida.
El hombre entra a la cama y le susurra suave y apasionadamente al oído a la mujer "estoy sin calzoncillos".
Y la mujer le contesta: "Déjame dormir, mañana te lavo unos".
—María, el niño no para de llorar. ¿Qué hago? ¿Le canto algo para que se duerma?
—No, intenta primero por las buenas.
Es cierto que la princesa nació invidente, pero cuando se proclamó reina, su coronación se celebró con una gran fiesta palaciega.
— Manolo, ¿tu como sabes que has bebido suficiente?
— ¿Yo? Cuando pronuncio Carolina Herrera como el los anuncios.
— ¿Cómo se convierte un burro en una burra?
— No sé.
— Pues metiéndolo en una habitación a oscuras.
— ¿Cuánto tiempo?
— Hasta que se aburra.
— Alto, aduana. ¿Algo que declarar?
— Me acuesto con mi cuñada.
— ¡Que si tiene algo de valor!
— ¿Le parece poco decirlo con mi mujer delante?
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Esta ley que prohíbe fumar con niños en el coche es ridícula. Míralos esperando fuera bajo la lluvia.
— Descansa en paz.
— Llámame quisquillosa, Paco, pero no me gusta tu forma de darme las buenas noches.
Un matrimonio que viaja en coche tiene una discusión y después de un rato de silencio el marido ve dos burros a un lado del camino y le dice a la mujer:
— ¿Familiares tuyos?
Y la mujer le contesta:
— Sí, mis suegros.
— Pues yo para ligar con chicas, les hablo de la pleamar, la bajamar...
— ¿Las mareas?
— Bueno, las aburro más bien.
El Rey en un discurso dice:
— La Reina y yo os felicitamos por el gran papel que habéis desempeñado en estos Juegos Olímpicos.
En un momento dado se acerca el jefe de protocolo y le dice al oído al rey:
— Majestad, os habéis equivocado de discurso, estamos en una entrega de premios al mejor artista de Reggaeton.
— Y yo que sé, si todos van en chándal y con las medallas colgadas.
Dice Paqui que su marido no bebía. Y estuvimos una semana para apagarlo después de que lo incinerasen.
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— El mes pasado contraí matrimonio.
— Contraje.
— Pues claro, no iba a ser con chándal.
— Cariño ¿quieres que pasemos el fin de semana tú y yo solos?
— Claro.
— Genial, pues hasta el lunes.
Le dice una marido a su mujer:
— Cariño, mañana es nuestro aniversario y voy a matar un pollo.
— ¿Y qué culpa tiene el pollo? Mata a tu primo que es el que nos presentó.
— ¿Me sienta bien el vestido nuevo?
— Si, mi amor.
— ¿Me combina bien con los zapatos?
— Por supuesto.
— ¿Me hace más gorda?
— Mmm... creo que me planto.
— Manolo, noto que la llama se está apagando.
— Yo te sigo amando María.
— Pues muy bien, ¿pero puedes mirar el calentador?
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